En mi tiempo libre, la inquietud creativa siempre acaba llevándome a fabricar proyectos propios. Con ellos puedo explorar sin limitaciones. Descubro nuevas tácticas creativas y herramientas. Secretos que aplicar en el resto de trabajos. 
Diseñar bien es atar los cabos sueltos para que todo encaje. Y en los juegos de mesa hay muchos nudos por atar.
Por eso me he metido de lleno en su creación y desarrollo.
​​​​​​​El reto de estructurar y diseñar productos como estos me ha enseñado a detectar mejor las incoherencias para enriquecer al máximo la experiencia del usuario. Juego, folleto o envase: la base es la misma.
Siempre he sido alguien muy visual, pero las reglas no se explican por sí solas. Eso me ha forzado a aprender a transmitir conceptos complejos con más precisión para que sean más fáciles de entender. Después de esto, mis manuales de marca ya no son como antes.
Los envases sirven para contener o para atraer. Pero también se pueden aprovechar para más cosas. Estos proyectos han sido la excusa perfecta para crear cajas que la gente utilice más allá de la compra. Minijuegos, pistas… Siempre hay margen para aprovechar lo que ya hay para conectar mejor con el público.
Aunque la experiencia se coge trabajando, jugando también se aprende. Probando cosas porque sí. Curioseando. Por esa razón esta página seguirá evolucionando hacia lugares inesperados.
Back to Top